Por ahí no: el orgasmo prostático y el punto G masculino.
- Trendy Oh! Group
- 16 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 nov 2018

Se dice que el único sexo que es antinatural es aquel que no se puede hacer. Una de las prácticas sexuales reprobables para algunos hombres heterosexuales es cuando durante el sexo oral, el hombre siente los dedos de la chica rozar en la zona prohibida: el ano, sin saber que llegar al meollo de ese asunto, literal, podría alcanzar uno de los orgasmos más placenteros en su cuerpo.
Para entender el orgasmo masculino, debemos conocer la respuesta sexual de un hombre que consiste en cuatro distintas fases -excitación, meseta, orgasmo y resolución- que son llevadas principalmente por el sistema nervioso simpático (el que activa el organismo) y el parasimpático (el que relaja el organismo). La que nos importa es la fase del orgasmo en la que los músculos se contraen; la próstata, vesículas seminales, recto y pene experimentan diversas contracciones para que se produzca la eyaculación y así el semen se dispare al exterior con contracciones al ritmo de 0,8 segundos.

En resumen, al hombre se le pueden poner los ojos en blanco, y hacer las mismas caras que cuando les hacen piojito, estirar las piernas, gemir o exclamar: “aaay diositoo”.
No obstante, una de las maravillas que el ano le puede ofrecer al hombre, sea homosexual o heterosexual es tener un orgasmo sin eyaculación gracias a la próstata que, por su proximidad al recto, al ser estimulada con el sexo anal o bien manualmente con el uso de algunos dedos (acción conocida con el término en inglés fingering) puede provocar las contracciones necesarias para provocar el orgasmo. Y si se eyacula cuando es estimulado por el recto, la intensidad es mucho mayor.
La próstata es la importante porque tiene demasiadas terminaciones nerviosas simpáticas y parasimpáticas, además que la uretra prostática permite que la inevitabilidad de la eyaculación y del orgasmo. Por tanto, es que la próstata es llamada el punto G del hombre.

Es importante destacar que para ciertos hombres heterosexuales el ano es intocable por una razón: si lo usan como fuente de placer eso tarde o temprano los haría homosexuales. Y déjenme decirles, amigos, que la próstata no juega a los encantados, no porque te toquen el ano ya te haces homosexual. Desgraciadamente entre un grupo de amigos si alguno cuenta que descubrió con su novia que el estimular su ano es un paraíso, será motivo de burlas. Por otra parte, si la novia le sugiere estimularlo por ahí, seguramente causaría molestia e incomodidad.
Si nos quitamos todos los juicios y disfrutamos lo que es el sexo, en realidad aceptamos disfrutar más, sin ataduras. Una relación sexual es mágica y libre cuando dos personas se atreven a disfrutar nuevas experiencias y partes de su cuerpo que no han sido exploradas. Pero también tiene su lado privado. Si te da pena, no se lo comenten a nadie más, con el tiempo aprenderás a compartir el tesoro.

Por último, un tip: si te interesó el fingering, relájate, córtate las uñas o córtale las uñas a tu pareja. Meter con cuidado y poco a poco hasta llegar al orgasmo prostático.
Los tabús sirven para dos cosas: para nada y para lo mismo. Algunos sabios mencionan que lo prohibido sabe más rico. por: Yiil Bermeo.
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